Iglesia de San José. Gabriel Carvajal, 1959.
Con más de un siglo, sigue siendo la iglesia mejor situada del centro
Desde lo alto de esta iglesia, por sobre las cabezas de miles de transeúntes y las capotas de cientos de vehículos, nos observan día y noche Juan, Mateo, Lucas y Marcos, los cuatro evangelistas. Apostadas allí desde comienzos del siglo XX, las efigies han sido testigos de las transformaciones de esta esquina histórica del centro de Medellín: el cruce de la Avenida Oriental con la calle Ayacucho, que para comienzos del siglo pasado era la vía principal de la ciudad.
En la pileta del atrio, diseñada por el maestro Francisco Antonio Cano en 1910, se dan cita amigos, socios y enamorados, y en tiempos recientes la concurrencia ha aumentado con la aparición de la estación del tranvía, a un lado de la fuente. Mientras esperan, o antes de entrar al templo, los creyentes consiguen en el atrio estampas, cirios, velas, novenas, rosarios, cristos, medallas. Su entorno de buses, mercadillo y tranvía lo completa, por el costado, un pasaje comercial dedicado a lo electrónico.