Desde su primera misa en 1917, llena de orgullo al barrio
Iglesia de 48 misas semanales a las que asisten más de cien feligreses, en su mayoría ancianos, y la cuenta va en aumento. Razón por la cual el párroco no ha podido eliminar al menos una eucaristía para alivianar el trabajo.
Construida entre 1908 y 1920, fue elevada a parroquia en 1922 y en 1997 inauguró un mausoleo para las cenizas de los salesianos difuntos. En 1926 el pintor belga Georges Brasseur, ya consagrado en su tierra, armó maletas y vino a dar a Medellín para experimentar nueva vida. Acá llegó a ganarse el pan como director y docente de la Escuela de Pintura y Escultura del Instituto de Bellas Artes, y entre los muchos encargos que aceptó están las catorce estaciones del viacrucis que adornan la iglesia de Nuestra Señora del Sufragio.
Los grandes óleos de Brasseur, distribuidos por todo el templo, son quizá la obra más valiosa de esta iglesia, junto con los 48 vitrales instalados en 1944, quizá por esto el templo tiene una cámara de seguridad instalada. No obstante, la curia de allí parece amiga de la tecnología: también cuentan con cuatro televisores para la transmisión de las misas, en los que el sacristán y el párroco sueñan proyectar primerísimos planos de la elevación de la hostia y el cáliz.