Su director es el médico cardiólogo Gilberto Martínez Arango, quien reclama para sí el título de “animal de teatro”. Hombre de vasta experiencia que fungió como secretario de Educación por allá a finales de los sesenta y que tiene a su favor el haber dado inicio a la construcción del Teatro Pablo Tobón Uribe, y todavía en obra negra poner a funcionar allí la Escuela Municipal de Teatro.

Un alcalde de Medellín “enmedalló” al maestro y como reconocimiento le cedió un inmueble en comodato, en Prado Centro, cerca de la Clínica CES. Martínez inició su actividad en los años sesenta con el Teatro El Búho -que dirigía Sergio Mejía Echavarría- y fue fundador del Teatro Libre, el cual desapareció para dar paso al Bululú.

Cuando también acabó el Bululú, Martínez reunió alumnos suyos de la Escuela de Teatro de la Universidad de Antioquia y fundó El Tinglado, con el que montó obras propias y de otros creadores. Fue entonces que el dramaturgo José Sanchis Sinisterra, fundador del Teatro Fronterizo, propuso la fundación de La Casa del Teatro, como laboratorio de encuentro de varios grupos.

En 1987, la sede se abrió con bríos en Girardot, donde hoy se encuentra la sede del teatro Oficina Central de los Sueños, y donde deparó felices momentos de creación. Luego pasó a su sede actual, la del barrio Prado, en donde el propio Martínez ha podido escribir y dirigir sus obras.

En esta sede también se encuentra la Biblioteca Gilberto Martínez, un compendio juicioso y bien escogido de textos de teatro, danza, música y cine. Más de seis mil volúmenes entre libros, revistas, documentos, material audiovisual y recortes de prensa. Un deleite para amantes del tema y curiosos.