Vinieron del vecino municipio de Envigado donde nacieron hace 36 años y se instalaron en una casa de la carrera Córdoba, entre las calles Maracaibo y Caracas. Pero un inesperado cambio de rumbo evita “lo que pudo haber sido y no fue”: una extrañísima propuesta de fusión con el Pequeño Teatro, los llevó por espacio de cinco años al barrio La Floresta, cercana a la estación del metro.
La fusión terminó, y el Matacandelas pasó a su sede actual, en la calle Bomboná entre carreras Niquitao y Girardot, una casa con capacidad para 120 espectadores adquirida con préstamo del Banco del Estado. Pero el crédito hipotecario se tornó impagable. Aquí fue cuando apareció el “chacho” de la película: Oswaldo León Gómez, gerente de Confiar, cooperativa que ha sido vital patrocinadora del sector cultural, y compró la deuda.
En contraprestación, cada año el Matacandelas realiza un montaje navideño para asociados en la cooperativa y así se fue pagando el crédito. Un buen día se saldó la deuda, la casa devino como propia y a Oswaldo le entregaron sus llaves de manera simbólica. ¡Obrigado!
Este colectivo teatral, creado en 1979, fue elevado a categoría de Patrimonio Cultural de la Ciudad de Medellín en 1991. En sus 36 años de existencia ha producido más de 50 montajes, 12 de ellos como teatro de títeres.
O marinheiro, a 25 años de su estreno, se sigue presentando a inusitadas horas, y siempre obtiene una sala plena. Y si usted es fanático de Andrés Caicedo, no deje de ir a ver cómo interpretan sus clásicos Angelitos empantanados y Diplomas. O vaya al Matacandelas como El Atravesado, también de Caicedo, a “buscar dónde es que nace el viento”.