Este es uno de esos barrios que siempre han estado en tránsito entre lo que deja de existir y lo que viene. Su desarrollo tuvo un impulso decidido en los planes de Medellín Futuro de finales del siglo XIX y principios del XX, que buscaban dejar atrás la ciudad atrasada e insalubre y abrirle paso a una metrópoli moderna en la que primaran “los llamados principios rectores o las tres gracias del urbanismo moderno: circulación, belleza e higiene”, como dice Luis Fernando González en Medellín, los orígenes y la transición a la modernidad: crecimiento y modelos urbanos 1775-1932.