Patrimonio art decó de la ciudad en pleno Parque de Bolívar

Éntrese, bien pueda, que ya pagó con su impuestos. Es la invitación a ocupar una de las 1.100 sillas que ofrece este teatro, legado de la arquitectura y art decó, construido a mediados de los años cuarenta del siglo pasado. Adquirido en buena hora por la administración municipal y restaurado entre 2005 y 2007, esta joya arquitectónica, con su imponente fachada y vidriera, y sus piezas decorativas obra del maestro escultor Marín Vieco, fue declarada patrimonio de la ciudad. Está ubicado en el Parque de Bolívar, en el que otrora y por lustros se realizara la retreta dominical con la Banda Sinfónica de la Universidad de Antioquia.

En un intento por retornar a la gloriosa época de los años cincuenta y sesenta, a principios de los ochenta, a iniciativa del Salón XX, del Banco de Colombia, se programan eventos artísticos de forma gratuita, un martes al mes. Por allí desfiló Totó la Momposina, entre otras luminarias. Recordado por muchos fue el estreno de Los infortunios de la bella Otero y otras desdichas, de José Manuel Freidel, en 1983. Pero esta actividad cultural, complementaria a la proyección de películas de cartelera comercial, que no cine arte, duró hasta 1984.

El remozado escenario, ampliado y con nueva parrilla de luces, tiene ahora una vida más luminosa y público propio. La programación, que se hace por convocatoria a los grupos locales, se divide por áreas, destinando los domingos a la franja familiar con mimos, magos y cuentería; el resto de la semana se distribuye así: miércoles, teatro; jueves, cine; viernes, música. El Teatro Lido participa en festivales de ciudad, como el de tango, que tiene lugar cada aniversario de la muerte del Zorzal Criollo; el de flamenco, que viene en auge; el Internacional de Poesía que se realiza desde 1990.