Hace mucho, vanidosa Plaza Mayor. Hoy, parque con pinta de plazuela y vocación de plaza de mercado

Plaza mayor de la ciudad adonde se establecieron el cabildo y la cárcel en los inicios de la Villa de la Candelaria, hacia 1675. Con el paso de los siglos se convirtió en plaza de mercado (1784) y luego en Parque de Berrío (1895), cuando se inauguró la escultura en honor a Pedro Justo Berrío, hecha por el italiano Giovanni Anderlini.

Incendiada y reconstruida varias veces, fue el centro de referencia de la pujanza industrial, cafetera y minera de Antioquia en el siglo XX, sede de bancos, edificios empresariales y oficinas del gobierno. Así fungió como corazón de la Medellín moderna hasta que el Metro la atravesó y con su sombra la convirtió en estación de paso.

Los personajes que visitan hoy la plazuela, el movimiento de los venteros y sus ofertas de empanadas, cidís, zapatos, reconstituyentes sexuales, películas porno, lotería y relojes, sumados al sonsonete de los músicos populares, constituyen una especie de retoma pacífica e ingenua de los primeros habitantes del mercado de toldos. Hoy el Parque de Berrío es una modesta plazuela que recuperó en parte la vocación de plaza de mercado de antaño, pero al estilo y al ritmo de la economía informal de ahora.