Carrera Sucre

Carrera Sucre (Edificio Roiter). Gabriel Carvajal, 1958.


Habíamos dicho ya que la carrera N° 47 es en algún trayecto, la antigua calle de La Consolación, hoy Carúpano, y que del cruce con la de Colombia, hacia el norte, lleva el apellido del Gran Mariscal de Ayacucho. Antonio José de Sucre, el quinto de los hijos del matrimonio de don Vicente de Sucre y Urbaneja y doña María Manuela de Alcalá, nació en Cumaná, de la Capitanía General de Venezuela, en el año de 1793, es decir, unos diez y ocho o diez y nueve años ante de la proclamación de independencia de ese país. La familia del ilustre militar tiene ascendientes cuyo origen se remonta hasta el siglo XV, en cuanto al respecto se tiene noticia. Uno de esos ascendientes, don Juan de Sucre, era Agregado de la Casa Soberana de Borgoña, y fue padre de D. Andrés de Sucre, Maestresala del muy católico Rey D. Felipe el Hermoso.

El futuro Mariscal recibió una educación esmerada e hizo estudios en ciencias militares, en las cuales adquirió grandes y sólidos conocimientos, como pudo demostrarlo en todas sus actuaciones de guerrero. Su propio padre, D. Vicente, fue militar.

En la última campaña libertadora de Venezuela, Sucre prestó a la causa de la revolución muy valiosos servicios, y como Teniente de Bolívar, fue un hábil y eficiente colaborador del Jefe supremo, en las diversas operaciones de guerra. En esas campañas ascendió a General. Pero su verdadera gloria como militar, fue conquistada fuera de Venezuela. En el Ecuador y en el Perú fue en donde su prestigio adquirió los contornos de la celebridad.

“El 9 octubre de 1820 –escribe uno de los biógrafos de Sucre- Guayaquil quebrantó las cadenas de la monarquía española, y heroica proclamó su emancipación política. Bolívar envió en auxilio de ese movimiento, entre otros próceres de la independencia, a su mejor General, Antonio José de Sucre, quien hasta entonces sólo servía como Jefe de cuerpo, en los campos de batalla, Jefe del Estado Mayor, Ministro de Guerra etc., donde militaba a las órdenes de algún superior. Durante esta campaña, el benemérito cumanés recorrió por primera vez las diversas provincias que hoy forman la República del Ecuador, llevando unas veces los laureles de la victoria, y en otras el desengaño de las armas, desengaño que en breve le levantó en Pichincha el pedestal de su grandeza, y le ofreció el fragante nido de su amor”.

Sucre venció a los españoles en la batalla de Pichincha, y los venció después en Ayacucho. Estas dos grandes batallas, ganadas por su espada, lo cubrieron de gloria. La última le valió el merecido y honroso título de Mariscal de Ayacucho. Sucre venció más tarde (el 27 de febrero de 1829) a los peruanos en el Portete de Tarqui. Entonces, como en Ayacucho, fue magnánimo y generoso con los vencidos, mediante capitulaciones favorables para éstos, y de todas maneras honrosas para el vencedor.

El Gran Mariscal de Ayacucho fue asesinado en las sombrías montañas de Berruecos, el día 4 de junio de 1830. Como Jefe de los asesinos actuó el Coronel venezolano Apolinar Murillo.

*Fragmento extraído del libro Significado histórico del nombre de algunas calles y carreras de Medellín, de Pedro Rodríguez Mira (1953).
Ver libro en la Biblioteca Digital de la Universidad de Antioquia


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